Como no puede ser de otra manera, antes de hacer un nuevo viaje busco sobre los restaurantes más famosos o recomendados de ese nuevo lugar. En el caso de Bruselas si hay un establecimiento que sobresale por encima del resto ese es sin lugar a dudas Chez Léon. Con más de 10.000 reseñas en Google Maps (y subiendo) es una auténtica institución en la capital de Bélgica. No obstante es un lugar mayoritariamente regentado por turistas, así que en esta Crítica Chez Léon os mostraré mi opinión para averiguar si es una trampa para turistas o merece la pena.
Este restaurante, que se encuentra en la Rue des Bouchers, una de las más céntricas de Bruselas, abrió en 1893. Tal y como pone en la página web oficial, el verdadero crecimiento del establecimiento llegó en 1958, el año de la Exposición Universal, cuando Bruselas se convirtió en la capital indiscutible de los “Moules – frites”. Hoy en día, este restaurante especializado en la gastronomía belga dispone de una carta sumamente extensa compuesta por más de 120 platos, entre los que se encuentran 14 recetas de mejillones.
Antes de adentrarnos en la reseña propiamente dicha, para que podáis apreciar la magnitud del restaurante, deciros que Brussels Airlines sirve una cerveza elaborada por este restaurante. Eso la convierte en la primera aerolínea del mundo en servir una cerveza exclusiva a sus pasajeros
Crítica Chez Léon. Restaurante más famoso Bruselas
Domingo 9 de abril de 2023
Primeras Impresiones
Eran las 21:00h de la noche cuando nos adentramos en el interior del enorme establecimiento. Un local enorme de más de 1500 metros cuadrados y que ocupa 9 casas históricas. Es uno de los locales más grandes en los que yo he comido nunca y, pese a ello, estaba completo. La decoración del mismo es bastante tradicional, como si fuera un restaurante de otra época, pero no se apreciaba como una decoración anticuada. Personalmente he de reconocer que quedé alucinado con la cantidad de detalles que la conforman y se puede apreciar un claro carácter marinero.
El servicio fue más que correcto y no hubieron excesivos problemas para entenderse. De la misma manera, el tiempo de espera fue prácticamente nulo, ya que trajeron los platos muy rápido. Por último ha y que destacar que, como no puede ser de otra manera, la cantidad de personal es enorme.
Vol au vent de ave con patatas fritas
Comenzamos con uno de los platos más pedidos del restaurante, el Vol au vent de ave con patatas fritas.
En primer lugar hay que destacar que la tartaleta de hojaldre, no estaba nada crujiente y tenía una textura reblandecida, además de que era insípida. De la misma manera la salsa no me transmitió nada y había partes de carne algo jugosas, pero la mayoría estaban sumamente secas. No llega a ser un plato horrible, pero no me gustó y de ahí que la puntuación sea un 2,4.
Si queréis saber por qué puntúo tan bajo, encontraréis la respuesta en el artículo sobre Cómo hago mis críticas gastronómicas.
Moules Spéciales
Proseguimos con la especialidad del restaurante y el plato que más me gustó de la cena, los Moules Spéciales.
Unos mejillones realizados con apio, cebolla y mantequilla y que, sin ser nada del otro mundo, estaban bastante correctos. No son los mejores mejillones de tu vida, pero fue de lo poco salvable de la cena, ya que estaban bien cocinados y la combinación de ingredientes con los matices de la mantequilla casaba bien con los mejillones, sin quitarle protagonismo. Por lo que le voy a otorgar una puntuación de 3,2.
Frites
Todos los platos vinieron acompañaros de uno de los emblemas de la gastronomía belga, las Frites.
Unas patatas fritas horribles, de las peores que degustamos durante el viaje y que no valían nada. No estaban nada crujientes y, pese a que el interior sí estaba blandito, parecía que estaban como recalentadas, como si ya llevaran bastante tiempo hechas. De la misma manera, el sabor de las mismas me dejó indiferente, por no decir que no me gustó, y no le puedo dar otra puntuación que no sea un 1,6.
Albóndigas a la bruselense
Finalizamos la cena con el peor plato de la misma, las Albóndigas a la bruselense.
Unas albóndigas de una calidad nefasta y que estaban extremadamente secas. No eran nada agradables en boca y no tenían nada de sabor, haciéndose difícil incluso comérselas. Asimismo, la salsa estaba algo más salvable, pero muy lejos de otras que degusté. Por lo que, aunque me duela, no le puedo dar otra puntuación que no sea un 1,4.
Valoración Final
Como valoración final deciros que, pese a la popularidad del lugar, no me parece nada recomendable y considero que es una trampa para turistas. El local está chulo y los precios no son elevados en comparación con otros restaurantes de Bruselas, pero incluso así me parece caro, porque la calidad es muy baja. Igual fue un mal día, pero leyendo otras opiniones he visto que es algo bastante generalizado, por lo que no le puedo dar otra puntuación que no sea un 2,2.
Crítica Chez Léon
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